Los todistas son una raza en extinción: especialistas en no tener especialidades; estrategas en no tener estrategias; decididos a no tomar decisiones; carentes de vocación y el sentido especulativo de la conveniencia y la oportunidad. Seren, la señora que escribe en este blog, ha desarrollado, durante su amplio y diversificado paso por el todismo, todo tipo de diligencias laborales dignas de una pesadilla de Borges: lavaplatos, mucama, cartonera, canillita, empleada de veterinaria; barman, camarera, ayudante de sastre, vendedora ambulante, albañil, barista. Ella vendría a ser lo que en inglés se llama 'blue collar', o la gente que no tiene título universitario y desempeña tareas no profesionales. Esta mujer, como el resto de los todistas, tiene un sentido y comprensión estético mas bien ecléctico y difuso. No sabe la diferencia entre Barroco y Rococó; siempre supuso que Manet era Monet ( o viceversa ); o confunde el Art Decó con el Art Nouveau. Escribe con faltas de ortografía, se desentiende de la sintaxis, no entiende dónde van las comas; pero por otra lado, gusta de sacar fotos, martirizar relojes, ir a museos, visitar artistas y contar qué ve y cómo lo siente y experimenta. Señoras y señores, no los entretengo mas: Bienvenidos a Seren Vintage Watch Gallery

viernes, 3 de julio de 2015

Reloj Instituto Bernasconi - Relojes Monumentales de Buenos Aires, entrega N° 33

Muchas cosas en Argentina son fruto de la iniciativa privada, de las donaciones y de los actos de fe laicos o creyentes. Felix Bernasconi podría haber legado su inmensa fortuna a cualquier otro ámbito - o incluso malgastarla en lujos asiáticos o derroches mundanos de la peor estofa - pero no. Bernasconi eligió que con su dinero se erigiese un " Palacio para la Escuela ". Y el Palacio se erigió en una de las zonas mas pobres de la entonces Buenos Aires.
El Instituto Bernasconi es un complejo monumental de 6 hectáreas en el que se albergan 4 escuelas primarias, un complejo museológico, espacios de recreación que incluyen dos piletas de agua caliente, una fabulosa biblioteca y un no menos fabuloso auditorio. Imposible enumerar todo lo que tiene y es el Instituto.
El Bernasconi fue diseñado por el arquitecto Juan Waldorp e inaugurado en 1929. Tiene una monumentalidad arquitectónica apabullante. Aún hoy impacta. No me quiero imaginar cómo pegaba en las retinas de aquellos que extasiados lo contemplaban en aquella barriada tan pobre y excluida de Parque Patricios en las primeras décadas del siglo pasado.
Y como no podía ser de otra manera..... hay un reloj monumental con carrillón incluido. Pero ninguno de los dos funciona. Una lástima.



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