Los todistas son una raza en extinción: especialistas en no tener especialidades; estrategas en no tener estrategias; decididos a no tomar decisiones; carentes de vocación y el sentido especulativo de la conveniencia y la oportunidad. Seren, la señora que escribe en este blog, ha desarrollado, durante su amplio y diversificado paso por el todismo, todo tipo de diligencias laborales dignas de una pesadilla de Borges: lavaplatos, mucama, cartonera, canillita, empleada de veterinaria; barman, camarera, ayudante de sastre, vendedora ambulante, albañil, barista. Ella vendría a ser lo que en inglés se llama 'blue collar', o la gente que no tiene título universitario y desempeña tareas no profesionales. Esta mujer, como el resto de los todistas, tiene un sentido y comprensión estético mas bien ecléctico y difuso. No sabe la diferencia entre Barroco y Rococó; siempre supuso que Manet era Monet ( o viceversa ); o confunde el Art Decó con el Art Nouveau. Escribe con faltas de ortografía, se desentiende de la sintaxis, no entiende dónde van las comas; pero por otra lado, gusta de sacar fotos, martirizar relojes, ir a museos, visitar artistas y contar qué ve y cómo lo siente y experimenta. Señoras y señores, no los entretengo mas: Bienvenidos a Seren Vintage Watch Gallery

domingo, 3 de enero de 2016

La Abadía Benedictina de Palermo

No me digan que no soñaron alguna vez con visitar este increíble lugar montado en lo alto de una solitaria barranca que parece una construcción misteriosa vedada a los simples mortales.
La Abadía, según consta, data de 1929 cuando los mojes Benedictinos decidieron construir una Monasterio de Retiro que no estuviese tan alejado de la ciudad. Pero..... la ciudad creció hasta límites insospechados, la quietud y tranquilidad abandonaron este páramo de oración y recogimiento y los monjes decidieron emprender la retirada a Luján, el nuevo destino de estas almas en continuo ministerio.
Así quedó semi abandonado este edificio a medio terminar en un solar de 5 mil metros cuadrados que da a Luis María Campos y Gorostiaga , edificio que se acaba de recuperar para que todos podamos disfrutarlo. En la Abadía funciona un museo, se pueden visitar los jardines y tomar algo en la maravillosa cafetería que dá al patio interior. Les recomiendo encarecidamente que visiten el lugar. Vale la pena.
Sobre todo porque todo el Monasterio aún perdura y late en las galerías, las celdas que ahora se usan como salas de muestra del museo, las arcadas y los pisos de pinotea. Todo bello y sereno como si aún los monjes estuviesen allí.

http://www.laabadia.org/











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