Los todistas son una raza en extinción: especialistas en no tener especialidades; estrategas en no tener estrategias; decididos a no tomar decisiones; carentes de vocación y el sentido especulativo de la conveniencia y la oportunidad. Seren, la señora que escribe en este blog, ha desarrollado, durante su amplio y diversificado paso por el todismo, todo tipo de diligencias laborales dignas de una pesadilla de Borges: lavaplatos, mucama, cartonera, canillita, empleada de veterinaria; barman, camarera, ayudante de sastre, vendedora ambulante, albañil, barista. Ella vendría a ser lo que en inglés se llama 'blue collar', o la gente que no tiene título universitario y desempeña tareas no profesionales. Esta mujer, como el resto de los todistas, tiene un sentido y comprensión estético mas bien ecléctico y difuso. No sabe la diferencia entre Barroco y Rococó; siempre supuso que Manet era Monet ( o viceversa ); o confunde el Art Decó con el Art Nouveau. Escribe con faltas de ortografía, se desentiende de la sintaxis, no entiende dónde van las comas; pero por otra lado, gusta de sacar fotos, martirizar relojes, ir a museos, visitar artistas y contar qué ve y cómo lo siente y experimenta. Señoras y señores, no los entretengo mas: Bienvenidos a Seren Vintage Watch Gallery

viernes, 10 de junio de 2016

Musée Mécanique - San Francisco - California

Edward Galland Zelinsky fue un loco lindo que a lo largo de su vida tuvo una misión: tratar de conservar, disfrutar y jugar con máquinas tragamonedas de baja denominación. Este tipo de máquinas fueron muy populares hasta los años '60 cuando fueron reemplazadas por realidades virtuales menos románticas y mas pragmáticas: ver tocar a un conjunto de mariachis autómatas pasó a ser muy aburrido comparado a las máquinas que te permiten matar a cientos en un par de minutos...
Así y todo la magia no se ha perdido, y eso es gracias a Zelinsky y su familia que han llevado adelante este maravilloso museo de entrada gratuita y diversión asegurada. Fue nomás entrar y sentirme transportada a las viejas películas de la época de oro de Hollywood que las mostraba como parte cotidiana de la vida de USA.
El museo es una formidable entrada en el túnel del tiempo y que por unos pocos dólares permite que una adivina de ojos réprobos adivine la suerte, que Sally baile el Mambo, que se puedan escuchar pianolas y fonolas tal y como sonaban hace 100 años, que los autómatas sea reyes de las miles de risas que se agolpan bajo el techo generoso del Museo ubicado a pocos pasos del Fisherman´s Warf.
Zelinsky ya no está físicamente pero su espíritu y su generosidad al dejar que su colección pueda ser disfrutada por todos ( el museo es de entrada gratuita ) permanece viva en el Pier 45 donde está el museo.
Y como curiosidad... la estrella es una moto propulsada por vapor. Su valor ronda el medio millón de lechugas.... a ver quién se anima a romper el chanchito....

http://museemecaniquesf.com/



















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