Los todistas son una raza en extinción: especialistas en no tener especialidades; estrategas en no tener estrategias; decididos a no tomar decisiones; carentes de vocación y el sentido especulativo de la conveniencia y la oportunidad. Seren, la señora que escribe en este blog, ha desarrollado, durante su amplio y diversificado paso por el todismo, todo tipo de diligencias laborales dignas de una pesadilla de Borges: lavaplatos, mucama, cartonera, canillita, empleada de veterinaria; barman, camarera, ayudante de sastre, vendedora ambulante, albañil, barista. Ella vendría a ser lo que en inglés se llama 'blue collar', o la gente que no tiene título universitario y desempeña tareas no profesionales. Esta mujer, como el resto de los todistas, tiene un sentido y comprensión estético mas bien ecléctico y difuso. No sabe la diferencia entre Barroco y Rococó; siempre supuso que Manet era Monet ( o viceversa ); o confunde el Art Decó con el Art Nouveau. Escribe con faltas de ortografía, se desentiende de la sintaxis, no entiende dónde van las comas; pero por otra lado, gusta de sacar fotos, martirizar relojes, ir a museos, visitar artistas y contar qué ve y cómo lo siente y experimenta. Señoras y señores, no los entretengo mas: Bienvenidos a Seren Vintage Watch Gallery

La Boca

Hablar de la Boca es aludir a un barrio marginal en los bordes mismos de la miseria, lleno de turistas con ansiedad de fotos bonitas en un lugar donde es difícil encontrar imágenes bellas que respondan a cánones de aceptable criterio que no raye lo vulgar.
La Boca es Caminito ( la tan nombrada calle peatonal atiborrada de artistas plásticos con un único motivo: el barrio ); las adyacentes Pedro de Mendoza y Magallanes y sus improvisados guías turísticos, el mal olor, la marginalidad en los rostros mestizos de los pobladores u ocupantes por la fuerza de los muy precarios inquilinatos ( los arquiconocidos " conventillos " ). Hay siempre mucha mezcla de culturas en ese empedrado baboso, en los colores y las voces. Es posible escuchar al mismo tiempo una cumbia, una cachaca paraguaya, un tango y rock metálico; todo sonando al mismo tiempo.

La Boca nació hace ya mas de 2 siglos como depositario de los genoveses, yugoslavos y rusos que migraban enloquecidos en busca de un futuro mejor. La denominación " xeneixe " que sugiere ser hablante del dialecto genovés, habitante de la Boca o simpatizante del famoso club del barrio se funde en una sola pasión: el riachuelo, los colores chillones, hablar a los gritos, tomar mate en la vereda al anochecer, la camiseta del club de los amores ( azul y oro ) que inunda el horizonte de ropa recién lavada y tendida por doquier, al sol.
 Los colores, el emblema con escudo y bandera propia de lo que alguna vez fue una república independiente - porque una sublevación de obreros genoveses independizó al barrio del resto de la Argentina en 1882, aunque por poco tiempo - siguen en lo alto del orgulloso barrio. Que incansablemente mezcla otras miradas, otras voces, otros lenguajes y otros destinos.








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